Descripción

El caballo es la más noble conquista del hombre y se eleva a su máxima expresión en la Equinoterapia. En este libro compartimos 27 años de experiencia, el desarrollo de nuevos conceptos e historias de vida de algunos alumnos.

La pasión de educar a través del caballo no solo mejora la calidad de vida de la persona especial y su familia, sino que también nos ayuda a crecer en nuestro humanismo. Al ser el caballo un nivelador por excelencia, es un puente que unifica la diversidad de nuestra sociedad, dignificando a todos los jinetes.

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Equinoterapia como integración de ciencia, movimiento y vínculo

La Equinoterapia que se desarrolla en la Fundación Cordobesa de Equinoterapia es mucho más que “andar a caballo”. Es una intervención neuro-motriz, sensorial, emocional y comunicativa que aprovecha el movimiento tridimensional del caballo, el entorno natural y el trabajo en equipo para favorecer la participación activa de la persona con discapacidad.

Nuestro enfoque responde a un modelo de trabajo interdisciplinario, donde se articulan los aportes de médicos fisiatras, neurólogos, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos y profesores de Educación Física. Esta forma de trabajo dialoga directamente con el concepto de Rodolfo Castillo Morales y con otros referentes de la neurorehabilitación del siglo XX.

El objetivo central es mejorar la calidad de vida de niños, jóvenes y adultos con parálisis cerebral, TGD, autismo, síndrome de Asperger, trastornos del habla, consecuencias de lesión cerebral, síndrome de Down y otras alteraciones neuromotoras, reconociendo siempre a la persona como unidad de cuerpo, mente y espíritu.

El legado de Rodolfo Castillo Morales

El Dr. Rodolfo Castillo Morales fue un médico argentino, formado en Córdoba y luego especialista en medicina física y rehabilitación, que desarrolló un concepto terapéutico integral para niños y adultos con alteraciones neurológicas y dificultades en el neurodesarrollo. Su trabajo se centró especialmente en el abordaje del complejo orofacial y en la integración del cuerpo completo a través del movimiento y de la postura.

El concepto Castillo Morales se apoya en la antropología, la filosofía, la neurología, la neurofisiología y la observación cuidadosa de la vida cotidiana de las personas con discapacidad. Plantea que debemos partir siempre de lo que el paciente sí puede hacer, y no de lo que “no puede”, respetando su ecología (familia, entorno, cultura) y su historia personal.

Dentro de este enfoque, el Dr. Rodolfo Castillo Morales desarrolló:

• La terapia corporal para favorecer el neuro-senso-psico-desarrollo y el control postural.
• La terapia de regulación orofacial, con técnicas manuales específicas para mejorar la succión, la deglución, el habla y la expresión facial.
• El uso de placas palatinas como apoyo a la terapia orofacial, nunca como recurso aislado.

En el Centro Modelo de la Fundación Cordobesa de Equinoterapia, el trabajo de la profesora Verónica Martínez Achával dialoga de modo natural con el concepto Castillo Morales: la equilibración postural, el uso de impulsos distales (como el contacto de pie y mano), la importancia del apoyo distal y la lectura fina de la función están presentes en cada sesión de Equinoterapia.

Aportes del concepto Bobath y del concepto Vojta

El concepto de Berta Bobath y Karel Bobath (conocido como concepto Bobath) se centra en el análisis del movimiento y en el control del tono postural, con especial énfasis en las reacciones de enderezamiento y de equilibrio. Este enfoque ha sido fundamental en el tratamiento de la parálisis cerebral y otras alteraciones del sistema nervioso central.

Por su parte, el concepto de Vaclav Vojta se basa en la locomoción refleja: mediante estímulos específicos en determinadas posiciones se activan patrones motores globales que el sistema nervioso “trae grabados” desde etapas tempranas del desarrollo. Estos patrones se utilizan para mejorar el control postural y la coordinación en niños con parálisis cerebral, trastornos del tono y alteraciones del desarrollo motor.

El Dr. Rodolfo Castillo Morales conoció y dialogó con estas corrientes: el concepto Bobath, el trabajo de Vaclav Vojta y otros autores (como Jean Ayres, Kabat, Frostig, entre muchos), integrando sus aportes dentro de una visión más amplia. En la Fundación Cordobesa de Equinoterapia esa integración se concreta en ejercicios sobre el caballo que combinan alineación postural, variabilidad de postura y experiencias sensoriomotrices ricas.

Estimulación temprana, elasticidad neuronal y movimiento

Hoy sabemos que el cerebro infantil posee una enorme plasticidad o elasticidad neuronal. Las experiencias tempranas de movimiento, contacto, juego y comunicación influyen directamente en la organización de las redes neuronales que sostienen el equilibrio, el lenguaje, la atención y la autorregulación emocional.

La estimulación temprana no es “hacer muchas cosas” sin sentido, sino ofrecer experiencias significativas y funcionales al niño: cambios de postura, desplazamientos, variaciones del apoyo, tareas que tengan un propósito claro y que se realicen en el contexto de vínculos afectivos seguros.

La Equinoterapia aporta un entorno privilegiado para esta estimulación temprana: el movimiento rítmico del caballo, la necesidad de alineación postural, la presencia de apoyo distal en manos y pies, la estimulación vestibular, propioceptiva y táctil, y el vínculo afectivo con el animal y con el equipo terapéutico. Todo ello favorece que el niño con parálisis cerebral, TGD, autismo, síndrome de Asperger u otras alteraciones del desarrollo disponga de nuevas oportunidades para aprender y reorganizar su propio movimiento.

¿Qué dice la evidencia sobre la Equinoterapia?

Diversos estudios han demostrado que intervenciones como la Equinoterapia o la hipoterapia pueden mejorar la función motora gruesa, el equilibrio y la participación en la vida diaria de niños con parálisis cerebral y otras alteraciones motoras. Estos trabajos miden cambios en escalas específicas (como la GMFM) y reportan mejoras en la calidad del movimiento y en el desempeño funcional.

En investigaciones recientes con niños con parálisis cerebral espástica, programas de Equinoterapia de varias semanas han mostrado mejoras significativas en equilibrio, marcha y función motora gruesa, manteniéndose algunos de estos cambios incluso después de finalizada la intervención.

Si bien todavía se necesitan más estudios controlados y de largo plazo, la experiencia clínica en centros especializados de todo el mundo –y en particular en el Centro Modelo de la Fundación Cordobesa de Equinoterapia– muestra que, cuando se diseña un programa basado en principios como los de Castillo Morales, Bobath y Vojta, la Equinoterapia se convierte en un recurso terapéutico de alto impacto para muchos niños con discapacidad neuromotora.

Apoyo distal, estribos y autoestima en la montura para Equinoterapia

Un rasgo distintivo del trabajo de la Fundación es la utilización de una montura para Equinoterapia especialmente diseñada para la práctica terapéutica, una montura para monta doble que permite la participación simultánea del alumno y del terapeuta.

Esta montura de montadoble, con cuatro estribos (montura Equinoterapia con cuatro estribos y dos pares de estribos), está pensada como una montura especial para apoyo distal. El contacto seguro de los pies en los estribos y de las manos en el arzón permite:

• Favorecer el enderezamiento postural y la alineación.
• Mejorar el equilibrio y la coordinación.
• Facilitar la vivencia del esquema corporal en relación con el caballo.
• Incrementar la seguridad y la autoestima.

La experiencia del niño con parálisis cerebral, TGD, autismo, síndrome de Asperger o trastornos del habla no es solo motora: el hecho de poder conducir al caballo, sentir que “dirige” el movimiento y experimentar el reconocimiento del grupo tiene un efecto profundo en su autoestima, en la percepción de competencia y en su lugar dentro de la comunidad.

Desde la mirada del concepto Castillo Morales, estas vivencias funcionales –con apoyo distal, cambios de postura, variabilidad de movimiento y contexto afectivo positivo– son claves para potenciar la elasticidad neuronal y consolidar nuevos patrones motores y comunicativos.

El valor del trabajo interdisciplinario

Siguiendo la línea del Dr. Rodolfo Castillo Morales, la Fundación entiende que ninguna disciplina por sí sola puede abordar toda la complejidad de un niño con parálisis cerebral, TGD, autismo, síndrome de Asperger, trastornos del habla, trastornos de la deglución o lesión cerebral adquirida.

Por eso, cada programa de Equinoterapia se diseña y revisa junto a médicos fisiatras, neurólogos, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales y profesores de Educación Física, en diálogo constante con la familia. El caballo se convierte en un “espacio común” donde se integran objetivos:

• Mejorar el control cefálico y de tronco.
• Regular el tono muscular (hipotonía o hipertonía).
• Favorecer la coordinación y la marcha.
• Estimular el lenguaje y la comunicación.
• Cuidar la alimentación y la deglución.
• Fortalecer la autoestima y la participación social.

Así, la Equinoterapia que se realiza en la Fundación Cordobesa de Equinoterapia encarna de forma concreta las ideas de Castillo Morales, de Berta Bobath, Karel Bobath, Vaclav Vojta y otros referentes de la neurorehabilitación moderna, en diálogo con la experiencia de más de tres décadas de trabajo en Córdoba, Argentina.